viernes, 31 de julio de 2009

Ven de nuevo, hoy, ahora.

Hola. ¿Que tal? Yo melancólica, y necesitaba hablar contigo. Nunca te he visto, pero siempre has estado en los momentos difíciles; jamás una palabra salió de tus labios, pero siempre me consolabas; no hubo roces ni abrazos, pero tu simple presencia hacía el vacío mas soportable. Y hoy te necesito. Mis padres se han ido, no sé adonde, y estoy sola en casa, pero ese no es mi problema, simplemente, estoy sola interiormente. ¡Mira, han vuelto y una mariposa se posó en el cristal! Como muchas otras veces, sabrás cómo consolarme, en medio del silencio que nos abriga y protege. La mariposa vuela lejos. Ahora ya te siento, y me abrazas. Necesitaba un poco de esa medicina tuya, la que escondes tras tu sonrisa, y me das a probar con tus lágrimas, tras el achuchón de ánimo y el beso; y la sonrisa traviesa y conciliadora, que se va al verme curada, dejando una estela de tranquilidad y amor ideal. Gracias. ¿Sabes?, hoy la medicina me supo a mar, a beso en noche de luna, a bosque y a elfos. Y como siempre a gloria. Gracias de nuevo. Yo también te quiero.