viernes, 25 de diciembre de 2009

24

Eran las nueve de la noche, ya salían de casa. Tardaron cinco minutos. Sus dos hijos estaban nerviosos, quién sabe por qué, pero dispuestos a cenar en un ambiente agradable aquella noche del 24. Pues subieron las escaleras, y la mujer recordándoles a cada momento cosas como: "No se come hasta que todos estén sentados", "¡No gritéis!, "Arréglate ese pelo, Alfonso". Y los niños le sonreían y asentían. ..."Sí, mamá"... Pero a Lucía le pasaba algo. Apenas conocía a las personas que les habían invitado a cenar, pero su madre le había dicho que estuviese tranquila, que sería una buena noche. Ella confiaba. Les abrieron la puerta. Sus padres saludaron a "Rafa" y "Yoán", (¿Quién se llama así?, pensó Lucía con una risita) y les invitaron a entrar. Se sentaron en un sofá a esperar al resto de invitados. La niña se tocaba el gran lazo azul que le había colocado su madre en el pelo, intranquila. Su hermano estaba viendo la tele. Pero a ella le llamó otra cosa la atención. Detrás del televisor había otra pequeña salita, y en su interior había dos hombres, uno sentado en el regazo del otro. Se besaron. A Lucía le asaltó un sentimiento de culpa y vergüenza, pero era demasiado pequeña para analizarlos. Se sentaron a cenar. Ella comió todo en silencio, pensando en aquellos monstruos. Los hombres se besaban con la mujeres, ¡era así! "Yoán" se levantó y empezó a repartir regalos, y también se besó con el otro hombre, Rafa. A Lucía le empezó a doler el estómago... Hasta que "Yoán" caminó hacia ella con un regalo. Ya no le parecían taaan monstruos... Y menos con aquella sonrisa.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Why you?/ ¿Por qué tu?

Nobody could reach me,
nobody could defeat me,
Standing alone in my kingdom of ice.
Frost and darkness, poison and silence,
And I liked it, my guy of light.

But I´d never seen a soul like yours,
Shining like nothing I knew before,
A new star warming my life,
So precious, so brilliant, so painful,
And I need it, my guy of light.

So I looked for you, baby,
And the moon showed me your face,
The waters whispered your name,
The winds brought me your smell.

What can I do, oh, what can I do?
If you´re the only one
I should not look?

You could have another face,
Another name, another smell.
You could be anyone else,
But you, oh, you, why you?

I tried to keep you out of my way,
Tried to defeat this dammed fate,
But no ice can freeze your smile,
And I like you, my guy of light.
And I need you, my guy of light.

What can I do, oh, what I can do?
If you´re the only one
I should not look?

You could have another face,
Another name, another smell.
You could be anyone else,
But you, oh, you, why you?

Nadie podía alcanzarme/nadie podía vencerme/alzándome sola en mi reino de hielo./Escarcha y oscuridad/veneno y silencio./Y me gustaba, mi chico de luz.//Pero nunca había visto un alma como la tuya/brillante como nada que había conocido/una nueva estrella dando calor a mi vida/ tan preciosa, tan radiante, tan dolorosa/Y lo necesitaba, mi chico de luz.//Así que te busqué, pequeño/y la luna me mostró tu rostro/las aguas susurraron tu nombre/los vientos me trajeron tu olor.//¿Qué puedo hacer, oh, que puedo hacer/si eres el único/al que no debería mirar?//Podrías haber tenido cualquier otro rostro/cualquier otro nombre, cualquier otro olor/Podrías haber sido cualquier otra persona/pero tu, oh, tu, ¿por qué tu?//Intenté apartarte de mi camino/intenté vencer este maldito destino/pero no hay hielo que pueda enfriar tu sonrisa/y me gustas, mi chico de luz/y te necesito, mi chico de luz//¿Qué puedo hacer, oh, que puedo hacer/si eres el único al que no debería mirar?//Podrías haber tenido cualquier otro rostro/cualquier otro nombre, cualquier otro olor./Podrías haber sido cualquier otra persona/¿pero tu, oh, tu, por qué tu?

sábado, 19 de diciembre de 2009

Poema Numero 20

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: <>

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos mas tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

La misma noche que hace blanquear los mismos
árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y tan largo el olvido.

Porque en noches como esta la tuve entre
mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

viernes, 18 de diciembre de 2009

El viaje

Con la maleta en una mano, y el corazón en la otra, subió la escalerilla del tren. Le gustaban los trenes a vapor, y este tenía clase. Le dejó el equipaje a un muchacho que le condujo raudo a un compartimento amplio, con una gran ventana. El tren arrancó. Se acomodó en el sofá negro y sacó de su bolsa una novela de Shakespeare, pequeña, de edición bolsillo. No la abrió. Antes quería, como siempre, mirar como el paisaje cambiaba en la recta en la el tren cobraba velocidad. Era una extensa llanura, seca y enfermiza, poblada de cactus y ratones, que recordaban a las películas del Oeste, esos malos films a blanco y negro. Un solitario jinete corría en dirección opuesta. Abrió el libro. Quería que este viaje cambiara su vida. Un pequeño gran giro. De pronto recordo que en su maleta sólo llevaba 33 libros, unos pantalones y una chistera. Suspiró. Mas que suficiente.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Espejo

Él era hermoso. Su mente, un palacio de cristal; puro, complejo. Se reía con las luces del alba. Era simpático, alegre, divertido... Sabía cuando callar y cuando decir "no". A veces le salía un tono arisco, pero siempre que podía lo evitaba, ofreciéndote una sonrisa. Ella era guapísima. Sus cabellos eran largos y brillantes, cobrizos. Tenía unos ojos verdes como las primaveras jóvenes, y unos labios como las cerezas de ésta. Alta y delgada cual junco, ágil, delicada. Sus dedos trenzaban coronas de nieve, que luego adornaban su cabeza. Es como un espejo. Sonríes desde un lado. Te sonríen desde el otro. Ves la diferencia... Y te preguntas qué lado será mas hermoso.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Sobre el escenario.

Espero detrás del foco grande. Repaso el guión mentalmente mientras Nadine me coloca cada pelo en su sitio (me agobia). Ya casi me va a tocar. Se me acelera el corazón. ¡Dulce adrenalina que corre, desbocada, por la sangre! En los últimos segundos terrenales, antes de volar hacia la libertad, pienso en lo que me llevó hasta aquí.
El cine; el cine y la literatura, que se fusionaron hace tiempo, cuando una tímida muchacha se asomó a las puertas del teatro, cuando pisó por primera vez un escenario, cuando miles de lucecitas iluminaron su rostro...
Respiro hondo, muy, muy hondo. Nadine me hace una seña y me da un suave empujón. Salgo sin vacilar.
Lo primero en lo que me fijo (como siempre, es una especie de ritual) es en el publico. Cientos de cabecitas expectantes que se giran hacia mi. Avanzo un paso mas. Y lo que antes se leía como guión, ahora sale como música por mis labios. Mi compañero de escena también canta en silencio. Ambos gritamos; entre la gente, pocos nos escuchan, y no movemos la boca.
Nuestro objetivo: Convencer al público.

(Basado en experiencias personales)

sábado, 21 de noviembre de 2009

Su vida... Su larga lista.

Entonces aquella tarde con sabor a pan, la melancolía se colaba por las puertas cerradas de su casa, y le entraba en el corazón. Ella recordaba la tarta de arándanos de su abuela, las cartas del verano, las rosas del jardín del vecino, las miradas de sus aventuras adolescentes... Y suspiraba. Suspiraba por aquello que no tuvo, por aquello que no disfrutó, por lo que no logró aprender de labios sellados. Sentía cómo el sendero de la vida se le escapaba, y no lo conseguía alcanzar. Dejaba atrás victorias y peleas, lágrimas y risas rotas, parpadeos y dudas y más cosas que ahora apenas llegaban como recuerdos grises, vívidos, pero grises. Quería zarpar como barco verde, suave velero, y recorrer plácidas aguas trasparentes, donde el recuerdo y el deseo se mezclaran en remolinos y se perdieran, imposibles de hallar. Olvidarlo todo, color dorado.

viernes, 30 de octubre de 2009

Tu propia condena.

Tú no conocerás la lenta muerte embalsamada. Tus huesos no reposarán en un ataúd sin miradas. Más allá de estas paredes de piedra, más allá de estas esculturas sin cara, más allá de mi vida, está la hoguera sin final del dolor calcinado. Te daremos la muerte que siempre has deseado. Con honor, con gloria, sin palabras. Tú no conocerás la lenta muerte embalsamada ni el sabor de mis labios. Por que fuimos amigos, nada más. Y te estás suicidando.

sábado, 24 de octubre de 2009

Carta a la eternidad y su morador.

Querido amigo: Debo decirte que gracias a tu ayuda, sigo optimista. No me desanimo, pero ahora miro dos veces antes de tocar. Pensar que no tenía oportunidad fue un gran error. En eso tenías razón. Como en todo. Pero tú también entiende que parece imposible lograr unas palabras suyas. De todas formas, una mirada vale más que mil palabras, ¿verdad? Tu silencio es la mejor medicina. Ya sabes que no hace falta que me contestes, sé lo que debo hacer... Pero aún no. Soy demasiado... ¿cobarde? Da igual, elige tu la palabra. Silencios y una sonrisa, mi subconsciente.

domingo, 18 de octubre de 2009

Sin la muerte, con el dolor.

Somos dos cuerpos quemados, derrotados por el tiempo. Ambos con letras tatuadas en la piel. Las tuyas de tinta, las mias de sangre. Somos dos cuerpos abrazados, intentando vencer la desdicha, la amargura y este dolor de nuestro maldito destino. Amor imposible y escupidos por el mundo. A veces quisiera morirme, pero algo me mantiene con vida:
Saber que tu tampoco has elegido la muerte sino morir poco a poco, juntos, hasta el fin de los dias.

domingo, 11 de octubre de 2009

Manolo.

Eras un buen hombre. Una buena persona. Aquí todos te queremos. Coté, Carlos, Manuel, Josefa y demás familia te echan de menos.
Para los que crean en Dios, les digo que el te ampare. Pero para mi caso (creer sólo un poco en el karma, negando a Dios, el Buda y demás guias), sólo deseo que encuentres el camino, el faro que te guíe hacia el más allá o como quieras llamarlo.
Tu marcha nos hizo daño a todos, tu hija, Coté, lloró toda la noche. ¡Maldito el cáncer que te derrotó! No pretendo que nadie comprenda esto, pero creo que tu te mereces un homenaje, por pequeño que sea, por que fuiste el farero de nuestras vidas.

Encuentra tu mar y tu luz.
No nos olvides.

domingo, 4 de octubre de 2009

Sábanas blancas.

Esta mañana los rayos de sol se cuelan tímidos por la ventana. Los trinos de los pájaros se escuchan cercanos. ¡Qué buena idea venir a descansar al campo! Me cubro aún más con las sábanas blancas y me doy la vuelta, para verte despierto, sonriendo, con los ojos clavados en el techo. Te acaricio la cara, tu a mí, el pelo. Bostezando, te levantas y me ayudas también. Sin una palabra, me cubres con un chal, y caminamos hacia el pasillo, hacia la puerta de roble. La abres, y el verde fulgor mañanero nos recibe, suave y alegre. Me tomas la mano, y me conduces hacia un bosque cercano. De repente, la luz que era el sol, la que tu llamabas mis ojos, se vuelve blanca y lo hace desaparecer todo. Me despierto jadeando. Ni besos, ni caricias, ni nada... Angustiada, abrazo mi almohada de sábanas blancas. Suspiro, me dispongo a dormir sin sueños.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Reencuentros, lágrimas y dos corazones.

Ojalá pudiera estar en tu mente. No por la maldita expresión "quiero ser como tú", sino por que te considero especial. Haces lo que nadie hizo nunca, ¡apenas con unas palabras! Si tú supieras... Ojalá pudiera estar en tu mente. Quiero saber en qué te inspiras, cómo vives, si piensas en mi como una más... O soy simplemente invisible. Si tú supieras... Reencuentros, lágrimas y dos corazones. Nada más. Si tú supieras... Lo tonta que me siento escribiendo esto.

viernes, 25 de septiembre de 2009

¿Los milagros existen?

El aire traía un olor a montaña, y mi prima se acercaba corriendo hacia mi... Gritando mi nombre. Ah, no encontraba un momento de tranquilidad. -Lucía... ¡Lucía! El ratoncito Pérez me ha traído cinco euros por mi diente. ¿A que es un milagro? Creía que nunca iría a aparecer. Yo sonreí. Al instante apareció una chica de quince o catorce años que nunca había visto, pero que al parecer conocía a mi prima. Tenía un aire arrogante. -¡Mira! Se me ha caído un diente y el ratoncito me ha traído cinco euros. ¿A que mola? La chica se sacudió el pelo, y la miró con suficiencia. -¡Bah! Ya te oí desde el porche. Dijiste un milagro. ¿Un milagro? ¡Ja! Los milagros no existen. La niña me miró con un aire desconsolado. -¿A que si existen? Yo iba a responderle amablemente hasta que me vino a la cabeza un recuerdo... ... Tus ojos clavados en los mios, un segundo sin respiración, tu sonrisa después de desviar la mirada ... -Claro que si.

viernes, 14 de agosto de 2009

La luz se cuela por un trébol...

Bajo los frondosos árboles la luz conseguía colarse, y tilileaba suave sobre la hierba. Cerca, se escuchaba el débil golpeteo del agua; gota contra gota.
Aquel parque era inmenso, como la profundidad de mis lágrimas al recordar tu sol.
Abro los ojos. El ruido del agua se hace mas intenso, ¿donde estoy?
Llego a un invernadero de calor sofocante. De repente, olvido mis pensamientos: una gota de rocío se desliza por una caña de bambú, hasta caer al suelo y romperse en mil pedazos que se olvidarán...
La magia oriental se mezcla con la de un invierno con brotes de plata. Todo parece irreal.
Mmm... Se escuchan trinos de pájaros, se huele a azahar y, aunque camino entre asfalto y piedras, siento la naturaleza a mis lados.

viernes, 31 de julio de 2009

Ven de nuevo, hoy, ahora.

Hola. ¿Que tal? Yo melancólica, y necesitaba hablar contigo. Nunca te he visto, pero siempre has estado en los momentos difíciles; jamás una palabra salió de tus labios, pero siempre me consolabas; no hubo roces ni abrazos, pero tu simple presencia hacía el vacío mas soportable. Y hoy te necesito. Mis padres se han ido, no sé adonde, y estoy sola en casa, pero ese no es mi problema, simplemente, estoy sola interiormente. ¡Mira, han vuelto y una mariposa se posó en el cristal! Como muchas otras veces, sabrás cómo consolarme, en medio del silencio que nos abriga y protege. La mariposa vuela lejos. Ahora ya te siento, y me abrazas. Necesitaba un poco de esa medicina tuya, la que escondes tras tu sonrisa, y me das a probar con tus lágrimas, tras el achuchón de ánimo y el beso; y la sonrisa traviesa y conciliadora, que se va al verme curada, dejando una estela de tranquilidad y amor ideal. Gracias. ¿Sabes?, hoy la medicina me supo a mar, a beso en noche de luna, a bosque y a elfos. Y como siempre a gloria. Gracias de nuevo. Yo también te quiero.

sábado, 27 de junio de 2009

¿Y ahora? Lamentos.

En el momento en que se cruzan nuestros labios, se crea un espacio eterno que sólo existe en el segundo en el que suspiras.


Te ríes despreocupado. Ruedas por la hierba, y me sonríes, y luego te tiras sobre mi para decirme que te saque una foto, cuando te mueres por hacerla. Sé que prefiere practicar skate, pero me sobornó para salir un poco por ahí. Te lanzo la cámara y la atrapas al vuelo, y me fusilas a fotografías y flashes, que luego mirarás perplejo y me dirás que no es posible que haya otra como yo. Me reiré y te abrazaré.

Y me despierto en plena noche, deseando el sueño...