miércoles, 6 de enero de 2010

Mi deseo.

...¿Qué cual es mi deseo para ti? Vaya, no se me había ocurrido; ¡ni lo he pensado!. Creo que te desearía la mejor fortuna, un faro que alumbre el mar de tus recuerdos (¡qué ancho, qué profundo, qué transparente, qué denso!), una pizca de intuición, una balanza... ¡Piénsalo! Me pides algo imposible. O casi. ¿Cómo escribir, cómo decirte lo que quiero para ti? Porque también está el factor realidad: Amor, cariño, desenvoltura, sentirte amado... Ese es mi debate interior. Anhelo verte feliz, en compañía de alguien que pueda saciar tu hambre de mundo. Pero ya sé que no soy yo... Así que me preguntaste lo que quiero para ti. ¡Quiero verte conmigo! Para siempre, te necesito mas que el agua de mis lentillas, ¡fíjate lo que digo! (Aunque haya sonado poco romántico, no me importa) Pero si sé, si sé que no te correspondo, debería apartarme de tu camino, rodando cual piedra que soy, cual percance para ti. Te resumo: Quiero que seas feliz, y ojalá ese fuera para ti el regalo de Reyes procedente de mi.