lunes, 1 de octubre de 2012

Carta 5, Quinta Noche.

Tengo el vaso frente a mi, medio vacío, nada comparado con lo que solías darme. Otra oportunidad, puedo hacerlo mejor. Si me dejas sola ésta noche, despertaré sola, y no me digas que debe ser así. A veces te observaba cuando dormías y escuchaba tu respiración, miraba tu pecho y acariciaba tu cabello. si no fue suficiente, puedo hacerlo mejor. Te juro que mi "corazón de piedra" te estará cantando hasta que muera.
¿No sabes que ya está roto?
¿No sabes que a pesar de no ser la única para ti, tú sí eres el único para mí?
Quédate, no te vayas.

Carta 4, Cuarta Noche.

¿Cuáles fueron las últimas palabras que te escribí? Aquellas llenas de sangre en una desgastada noche. ¡Soy yo otra vez, querido! Dime, ¿fue todo una mentira? ¿Quemaste mis cartas? ¿Te dolió la oscuridad? Porque yo aún sigo viendo tu eterna sonrisa y tus ciegos ojos. Asumo que no te preocupa. ¿Fueron las últimas palabras que te escribí suficiente para tí?

Carta 3, Tercera Noche.

Felicidades, te odio.
Oh, Lulú.
Todo lo que tenías lo tiraste por la ventana.
Lulú.
Lo arrojaste a un pozo y lo cubriste de piedras.
Oh, Lulú.
Mi pequeña y pobre Lulú, que no sabe lo que quiere.
Lulú. Muere.

Carta 2, Segunda Noche.

En el mundo perfecto de las cosas que dices hay también un papel por ahí para mi, no me escondo. "No te preocupes por la distancia", me dices, que escuche tu voz, me dices. ¿Qué me has hecho, en qué me has convertido? Apenas me queda tiempo para decirte cuánto te quiero, cada palabra es muerte comparada con la siguiente. En el mundo genial de las cosas que dices hay historias sin protagonistas, o tú y yo con demasiadas que contar o silencios que prometer, hay dibujos terminados; ahí, donde estamos solos, ese sitio que has creado y es sólo nuestro. Puede que llegue el día en que no tengas nada que decirme, en que no haya más autobuses y más trenes, que ya no nos sintamos llenos de vida, y te diré por qué: las cosas que brillan, aunque pierdan su brillo, no dejan de ser menos valiosas.
En tanto que tú me amas yo hago lo propio hacia alguien fantástico. Parece sacado de una película. Es irreal, pensé, pienso, pensaré. Así que volemos lejos y bien alto, visitemos el Titanic y juguemos con sus sirenas de pálidos rostros y sueños hundidos, persigamos a Kira, dejemos que sea siempre primavera. Si te quedas conmigo te prometo que mi corazón será tuyo, al igual que mis pensamientos, mis emociones y mi cuerpo. Déjame la libertad.

Carta 1, Primera Noche.

El agua cae del cielo y yo tendría que irme; si aún estoy viva debo encontrar la respuesta, aquella que se oculta tras tus ojos. La lluvia se detiene. Si quiero sobrevivir, tengo que pensar rápido.
Tu cuerpo es una locura.
Pensé que juntos podríamos luchar. Los templos se derrumban a mi alrededor, pero tú estás intacto. Las llamas lo envuelven todo. ¿Debería volver? ¡Tú te has quedado con lo mejor de mi! El silencio del fin comienza, puede que esté equivocada, pero pensé que juntos podíamos luchar contra ésto. Te alejas, ¿verdad? Te llevas lo mejor de mi.
Parece que jamás volveremos a vernos.
Quizá un trueno quiebre el cielo y nazcamos de nuevo.