domingo, 12 de octubre de 2014

Quizá haya sentido más por el segundo, pero le escribí cosas más bonitas al primero.
Quizá no sé amar, no sé qué es el amor. Quizá es tan absurdamente complicado que es imposible para nadie.
Quizá debería olvidar, pero el olvido es doloroso.
Quizá, simplemente, debería dejar de darle vueltas a una hoja que cayó. Es otoño.
Jamás pensé que la sensación de hacer lo correcto pudiese ser tan amarga. Ni siquiera agridulce. Amarga.
Aunque supongo que mejor esto a ser feliz haciendo las cosas mal, sabiendo que van a acabar peor.
Pero es amarga. Tan, tan amarga que me produce repulsión, arcadas.
Y ahora, hoy, es de noche. ¿Qué será de mí mañana cuando tenga que enfrentar un nuevo día? Cuando vea su sudadera colgada en la puerta, y sus cartas bien ordenadas en la mesa.
¿Qué he hecho mal?
¿Enamorarme de él? ¿Enamorarme de él? ¿Olvidar al primero? ¿Cegarme con el segundo?
Por qué no se puede tener todo.
Por qué pierdo a los juegos de cara o cruz. La moneda ha caído de canto.