sábado, 10 de abril de 2010

Cumpleaños.

Cerré los ojos y sonreí al sentir a mi madre con aquel inmenso brownie en las manos, caminando hacia mí. Parpadeé. Habían apagado las luces y mis pupilas se dilataron, la única luz que se apreciaba era la de las velas de mi pastel de chocolate. Empezaron a cantar. La melodía giraba en mi cabeza emocionada, al tiempo que depositaban en mis brazos una gran caja. -Pide un deseo. Miré el chocolate medio fundido, relamiéndome los labios. Hubiera deseado que estuvieran ayer mas personas, pero en ese momento me alegré de poder compartirlo con mis padres y mi hermano. Así que no deseé nada. Sólo entrecerré los ojos y soplé tan fuerte como pude. Luego aplaudieron. Sonreí y abrí el paquete. Dentro contenía otra caja, y se rieron de mi cara perpleja, supongo. La abrí de nuevo y me encontré un precioso gorro negro. Di las gracias y empezamos a comer. Luego subí a mi cuarto y dormí como si hubiera corrido una maratón.

2 comentarios:

  1. No estoy muy seguro, es que no está muy claro pero estás emocionada o pretendes mostrar que has perdido la ilusión.
    Aclárame la duda por favor, saludos

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  2. Yo tampoco pido cuando me recuerdan desear. Que llegue por las suyas.
    Con respecto a mi otro blog, lo lamento, no puedo darte acceso porque es un blog únicamente para mi, es algo muy personal. En su época estuvo abierto, pero me dí cuenta que había cometido un error al compartir tanta cosa junta sin conocer a quien fuese que me leyera.
    Te mando mi msn ¿Te sirve?

    rodrigoyanezg@live.cl

    Muchos saludos, y sigue leyéndome en el blog que sí puede ser leído, mi humilde invitación.

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