lunes, 24 de marzo de 2014

Lucy Diamond sufre remodelaciones.

Interiores, que son fácilmenete perceptibles en tanto que escribo, y físicas en tanto que este blog ha cambiado de look. Digamos que este me define más que el anterior. Las personas cambian. He dejado de brillar como antes, tan pura y tan sana, y la madurez me ha arrancado cosas, me ha dado otras, ni mejores ni peores, simplemente nuevas y necesarias. Ese Lucy Diamond sigue vivo en mi cabeza, al igual que A que llegaras con rosas. Todas son yo, siempre. No importa cuanto tiempo pase, al fin y al cabo, yo soy yo, si bien a veces irreconocible cuando me examino en el espejo del alma. Irreconocible por que ya veo metas, ya veo caminos, veo personas, no solo una brillante luz cegadora. Veo planes y futuro, y decisiones que me gusta tomar y sufrir, y asumir sus consecuencias. Soy una persona mucho más crítica y racional de lo que fui en un pasado, pero no por ello menos pasional. Admito mis errores y los infinitos conocimientos que me quedan por aprender. No lo sé todo, pero aspiro a saber mucho de lo que me interesa.
¿Qué soy yo al fin y al cabo? Una persona. Una persona que sabe que será grande y fuerte en un futuro si hoy se construye a sí misma, si lee, experimenta y piensa, y se equivoca.
Soy Lucy Diamond, y también soy la persona que está cerca de lograr lo que lleva tiempo soñando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario